Si de verdad amas a un apersonas irremediablemente deberás hacer algunos sacrificios que, seguramente, después también te serán compensados.
En pleno siglo XXI, la individualidad del ser humano dificulta cada vez más llevar una relación de pareja duradera. Parece que ya nadie está dispuesto a tolerar los defectos de los demás, pero si pretenden ser aceptados con los propios. Se nos olvida pues que tener una relación amorosa debe ser un equilibrio entre dar y recibir.
Por eso, aquí te recordamos tan sólo algunas de las cosas más básicas que uno debería sacrificar en tiempo, esfuerzo e interés por la persona que ama (pero ojo, que este sacrificio debe ser siempre reciproco).
- Soportar a la familia. Ninguna familia es perfecta, en todas hay o el tío pesado, o la hermana celosa, o la suegra entrometida. Pero todos son parte del paquete que incluye a tu media naranja, por lo que hay que ser siempre prudentes y tolerantes.
- Soportar a los amigos. No se trata de que se vuelvan también tus mejores amigos, pero declararle la guerra a quienes son la segunda familia de tu pareja es un grave error. Más vale llevar la fiesta en paz.
- Hacer sus actividades favoritas. Ya sea ver juntos el programa que tanto le gusta o aprender a bailar salsa a pesar de tus dos pies izquierdos, el objetivo es compartir momentos juntos y demostrar que te gusta verlo feliz.
- Acompañarlo a eventos. Conciertos, partidos de futbol, reuniones familiares o eventos de la empresa… sabemos lo tedioso que es ir a cumplir con las actividades del otro, pero no hay mayor regalo para las personas que amamos que nuestro tiempo.
- Compartir riquezas y pobrezas. Habrá veces en que él te invite a los mejores restaurantes, otras en que seas tú quien lo invite a él, y otras más en que ambos deban quedarse en casa viendo la TV por presupuesto limitado. No pasa nada.
- Tener menos privacidad. Irremediablemente uno comparte mucha información con su pareja, desde a qué hora se despertaron, si tuvieron problemas en el trabajo o si algo les hizo daño y se enfermaron del estómago. Y en casos más avanzados de convivencia y confianza mutua, incluso se enterarán de los olores y sonidos corporales desagradables del otro.
- Compaginar horarios. Para poder ir a comer o cenar juntos habrá que mover horarios, cambiar planes, cancelar reuniones y casi, casi mover cielo, mar y tierra por poder coincidir en tiempo y espacio.
- Ceder, ceder, ceder. Uno quiere comer sushi y el otro pizza, uno quiere ver una película de acción y el otro de romance, uno quiere viajar en verano y el otro en invierno… hay veces en que los gustos de una pareja no coinciden en nada, y alguno tiene que ceder. Sólo asegúrate de que este punto sea equilibrado, y no seas tú quien siempre ceda o siempre se salga con la suya.
- Cuidar tu imagen. No se trata de cambiar de estilo ni forma de ser para complacer al otro, pero hay sacrificios de belleza básicos que uno debe de hacer (según su nivel de pudor, claro), como depilarse y vestir decentemente.
- Complacer sexualmente. Ten en cuenta que para recibir siempre hay que dar. Y lo mismo pasa con el placer. No se trata de ser una esclava sexual sino de tener la suficiente confianza y comunicación con tu pareja para preguntarle lo que le gusta y lo que no en la cama.
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